-Mi Señor, puedo correrme no
aguanto más- el responde sin miramientos, yo no mando ahora, pregúntale a
quien te esta partiendo el culo, si él te deja, puedes hacerlo.
-Señor, le suplico me deje
correrme, siento su miembro en mi culo y no puedo reprimir tanto placer-
Suelta una carcajada y me dice:
-Ya te dije que disfrutarías como
lo que eres, puedes correrte cuando yo lo haga y te garantizo que lo sabrás-
Dice que lo sabré, pero no lo
conozco, lleva condón, es complicado saber cuándo se corren con el puesto sino
gesticula palabra alguna. El movimiento sigue y no puedo ni pensar, solo deseo
correrme, no sé si podre aguantar mucho más….
Deben pasar segundos, mi cabeza
ya no es consciente, solo siente, placer excesivo, ganas de explotar en un
orgasmo tan brutal como las embestidas que me propina ese desconocido que al
parecer pago un precio por hacerme suya, me sorprende ya que mi Señor nunca
hizo algo así. Me imagino la imagen, tan humillante, expuesta, follada por
extraños, me repugna pero a la vez me excita mucho, tanto que debo concentrarme
en no correrme como me ordeno esa voz áspera.
De golpe el bamboleo para por
completo, la sigo notando dentro de mí pero quieta, inmóvil, muy adentro. Mi
cabeza no para de pensar, no ahora no puede parar, que pasa, que quiere, mi
orgasmo, se ha corrido y no me entere, enfrascada en mis pensamientos?....
Miro la cara de mi Señor que esta
todo el rato observando y veo que mirando detrás mío accede con la cabeza, no
sé qué pasa, no entiendo nada, su miembro erecto sale automáticamente de mi
culo, con las dos manos lo abre bien y la voz vuelve a sonar en el silencio de
la noche
-Vaya que dilatado se ha quedado
este culo, me encanta, ahora date la vuelta, agáchate y no dejes de mirarme a
los ojos –
la voz grave ha quebrado mi mente, hago lo que me ordena, me doy la
vuelta lo miro a sus ojos, grises, profundos, sin dejar de hacerlo me agacho,
su miembro apunta a mi cara, me agarra del pelo para asegurarse que no dejo de
mirarlo y mientras lo hago, oigo el ruido de quitarse el preservativo, me
estira muy fuerte, hacia arriba, casi ni parpadeo inmóvil, noto un ligero
movimiento abajo, en unos segundos noto como es su mano que se pasea a un ritmo
frenético apuntando a mis pechos, me dice con voz entrecortada, córrete ahora
si puedes zorra! Pongo mi mano en mi coño mojado y empiezo a masturbarme, estoy
tan excitada que en cuanto noto la leche caliente en mis tetas me corro sin
tocarme apenas, su leche resbala por ellas, cuando acaba, me deja el pelo
soltando mi cabeza, casi sin respiración todavía, me dice en tono jocoso, ves
como te dije que sabrías cuando te tenias que correr y sin articular palabra se
fue hacia mi Amo y le comento alguna cosa que no escuche.
El vino hacia mí, me dijo que
estaba muy guapa así toda manchada de leche, que quizás al ultimo mirón le
gustaría rematar la faena, era un chico alto, delgado, poco hablador, asintió
con la cabeza, llevaba rato mirando, se acerco a mi apuntando a mi cara a lo
que mi Señor le comento
-La cara es mía, córrete en la
zona del cuerpo que quieras, esta a tu disposición, pero en esa cara solo me
corro yo-
-La espalda – dijo con voz baja
Me di la vuelta pensando en los
gustos raros de ese chico, nadie se ha corrido en mi espalda, me puse sentada
en mis propias piernas sin ver qué pasaba, mi Señor se coloco delante de mí, me
ordeno abrir la boca y me volvió a meter su polla, seguí chupándole con placer,
sin pensar en mi espalda, saboreando cada engullida, lentamente, coloque una
mano en sus huevos acariciándolos mientras iba profundizando en mi garganta,
los chupe, babee, mordisquee, para luego dedicarme por completo a su polla,
succionándola, acariciándola con mi lengua, notando como crecía y endurecía en
mi boca, notaba como me iba mojando, me estrujaba los pezones, soltaba pequeños
quejidos por lo que él, apretaba mas, notaba como le quedaba poco para correrse
cuando de repente note un chorro caliente desde mi nuca hacia abajo, inundo mi
espalda toda salpicada, oía como resoplaba el chico y las gotas no dejaban de
caer hacia el final de mi espalda, me excitaba, no dejaba de chupar, quería mi
premio, me había portado muy bien, merecía un premio o eso creía….
Cuando pensé que me daría su
leche, la saco, y se corrió en mi cara, abrí la boca y saque la lengua, me
empapo toda la cara, me tiro un paquete de pañuelos de papel y me dijo:
-¡Quiero verte correr así,
mastúrbate para mi zorra!
Así lo hice, con el paquete sin
abrir en mi mano, no tarde apenas nada, notar caer por mi espalda y mis pechos
todo aquel esperma desconocido y mezclarse con el que goteaba desde mi cara me
puso muy cachonda provocando otro orgasmo brutal.
Al acabar, mi Señor, se acerco al
maletero, saco una toalla y me la dio para que pudiera limpiarme, ya no quedaba
nadie allí, estábamos solos, cuando acabe de vestirme, me acerco fuertemente
con sus brazos me dio un beso en la frente y me dijo
Te has portado muy bien, otro día
subiremos el listón, vámonos a casa mi perrita, estarás cansada, una ducha y a la cama, ha sido una noche muy larga.